Sinopsis
El nacimiento de un pequeño ser, su padre, su
amigo, sus juegos, sus sueños y
pesadillas, son algunos reflejos de la
infancia, que conllevan a encontrar el sentido de ésta obra. La tristeza de los
Juguetes reflexiona sobre situaciones comunes a miles de niños desplazados por
la violencia social, familiar y de
estado. Sin embargo esta reflexión no es una apología a la violencia, muy por
el contrario, alienta la esperanza,
la fuerza infinita que ha hecho del
hombre, el amo de las adversidades.
Descripción y Sustentación
La creación de ésta obra comienza en el año 1997.
Por aquella época trabajaba como
vendedor de guitarras puerta a puerta en la ciudad de Medellín. Y nuestro grupo
de tres vendedores y un supervisor se movilizaba en un auto cargado de
guitarras por todos los barrios de la ciudad, mis compañeros eran concientes de
la importancia que para mi tenia cualquier evento visual que se saliera de lo cotidiano, andaban a la
caza de imágenes extrañas para luego informarme, con el fin de que pudiera registrarlas con la cámara que siempre
cargaba en mi bolso. Fue así como una mañana
encontramos la cabeza sucia de un muñeco que estaba emergiendo sobre un
gran charco de agua y aceite en mitad de la calle, en un sector industrial. Procedí a fotografiarla y al hacerlo me di
cuenta de la expresión de maltrato que tenía dicho rostro, hice varias tomas y
antes de seguir en la ruta de venta, recogí la cabeza y la guarde en el auto, a
pesar de la molestia del supervisor. Habiendo agotado el recorrido de dicha
zona y después del almuerzo nuestro grupo acordó, trabajar el resto de la jornada
en un sector residencial, nos movilizamos hacia el barrio Castilla, trabajamos allí toda la
tarde y ya sobre las 4 p.m. hora en que finalizábamos la labor, uno de mis compañeros
me llamo emocionado, fui hasta donde el estaba parado y pude ver un pequeño
cuerpo sin cabeza enredado en un matorral, nos sorprendimos de la casualidad de encontrar
el cuerpo de dicha cabeza, y sobre todo
de la distancia aproximada a diez kilómetros que había entre estos dos
elementos. Procedí a guardar en la
maleta del auto aquel cuerpo, esta vez el supervisor no tubo ningún
reparo, estaba tan sorprendido como nosotros.
En mi
casa pase varios días tratando de encontrar un hilo conductor para esta serie
de casualidades, me sentía tremendamente
atraído hacia este muñeco, hacia hipótesis sobre su historia, me preguntaba una
y otra vez, por que su estado era tan lamentable, ensayaba con él, las
distintas poses de expresión corporal, y
en una de esas me di cuenta que este
juguete raído, maltratado, era la representación clara de una niñez igual de
maltratada, este hallazgo me hizo sentir escalofrío, e inevitablemente me vi
cargando durante casi tres años el muñeco descuartizado en una bolsa, lo
llevaba a distintos sitios de la ciudad, y en los escenarios en los que
encontraba una similitud estética con el muñeco, elaboraba la escena y luego la
fotografiaba. La verdad en el inicio no había una intención clara, solo había
una pulsación, un deseo de contar las posibles vivencias de éste ser que
empezaba a tener una gran importancia en mi vida.
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